lunes, 7 de enero de 2013

Más perdido que turco en la neblina



La frase es producto de una larga deformación y para entenderla hay que partirla en dos. 
Primero es necesario aclarar que "turca" en España es sinónimo de borrachera. ¿Por qué? Surge del vino puro, sin rebajar, al que rotularon como vino moro o vino turco, ya que no estaba bautizado. De ahí nace la expresión "agarrarse una turca". ¿Y lo de la neblina? Es producto de algún genio popular que imaginó las peripecias que tendría que hacer un borracho para llegar a su caso en medio de una espesa niebla.
A partir de entonces se usa para describir a alguien que está completamente desorientado, sin importar si bebió o no.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Juntar los bártulos

Bártulo o Bártolo de Sasso-Ferrato fue un eminente jurisconsulto italiano que vivió en la Edad Media, profesor de Derecho en las universidades de Pisa, Bolonia, Padua y Perusa y cuyas obras, contenidas en trece volúmenes, sirvieron de base de estudio durante tres siglos a los alumnos de Derecho de toda Europa. Los estudiantes españoles tomaban nota de las obras del ilustre maestro y, una vez concluida la clase, ataban los apuntes por medio de cintas o correas. Al conjunto de estos apuntes se los conocía familiarmente por el nombre de bártulos, de donde, en la jerga estudiantil, la tarea de reagruparlos y atarlos una vez utilizados, dio origen a la expresión atar o juntar los bártulos.
Así, por extensión, el dicho terminó por aplicarse también a toda disposición o preparativo que, por lo general, hace referencia a una mudanza, cambio de domicilio o traslado de utensilios.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

No hay tu tía



            Tiene su origen en un ungüento medicinal que en épocas pasadas se aplicaba como remedio para todos los males: la "atutía" o "tutía".

            Mezcla de óxido de cinc y otras sales metálicas, la autía fue utilizada por los árabes con fines oftalmológicos.

            El dicho "no hay tu tía", derivación de "no hay atutía", se empleaba para indicar que una enfermedad no tenía remedio ni aplicando ese  preparado.

            Hoy se utiliza cuando un problema no tiene solución, o alguien se enfrenta a un obstáculo al cual no le encuentra salida, o no hay remedio para una enfermedad, o es imposible cambiar las cosas.

sábado, 15 de septiembre de 2012

No querer más lola



            Lola era una marca de galletitas argentinas de principio del siglo XX, comercializada por Bagley, famosas por el cuidado puesto en su elaboración, llevada a cabo con los mejores ingredientes y sin ningún tipo de agregado artificial, lo que las convirtió en las preferidas de los grandes médicos especialistas que las recomendaban para la inclusión en las dietas de sus pacientes, sobre todo los que no podían ingerir alimentos convencionales. Tanto fue así, que en los sanatorios, clínicas y hospitales comenzaron a incluirlas en la alimentación de enfermos de toda clase.
         Cuenta la tradición que, estando de visita alguien en un sanatorio de la ciudad de Buenos Aires y mientras recorría junto a un amigo las instalaciones del nosocomio, fue a dar a la puerta de la morgue, de donde precisamente salía un enfermero empujando una camilla que portaba un cadáver.
         Ante tal escena, el visitante, luego de mirar pasar al macabro cargamento, giró, miró a su ocasional acompañante y le dijo: Ese, no quiere más Lola…, aludiendo obviamente a la condición del muerto, que ya no comería ni esa ni ninguna otra marca de galletitas.
         Desde entonces  se aplica a quien no quiere seguir intentando lo imposible, o no aguanta más una determinada situación.

martes, 11 de septiembre de 2012

Hasta que las velas no ardan




            En tiempos en que no había luz eléctrica y los relojes de bolsillo eran accesorios de lujo, en los burdeles tenían problemas para determinar durante cuánto tiempo el caballero dispondría de los servicios de la prostituta. La cosa se solucionaba entregándole al cliente una vela (más larga de acuerdo al precio que pagaba) que debía ser encendida al ingresar a la habitación. Cuando la vela se apagaba (dejaba de arder), el turno había terminado. Es decir tenía sexo “hasta que la vela no arda”.
            Hoy se emplea para referirse de algo, una fiesta, una reunión, o cualquier otro acontecimiento, que durará mucho tiempo.

martes, 7 de agosto de 2012

Agarrate Catalina


       Catalina era una joven que pertenecía a una familia de trapecistas de un circo que recorría los barrios porteños en los años ‘40. Su bisabuela, su abuela y su madre habían muerto durante diversas actuaciones, sin embargo ella, contra todos los consejos, decidió seguir la tradición familiar y se hizo trapecista. Entonces todo el mundo, a modo de cábala, antes de cada función le decía “Agarrate bien, Catalina”. Con el correr del tiempo la frase se fue deformando hasta llegar al conocido “Agarrate Catalina”.
       Finalmente Catalina murió a los 25 años durante una función.
       En la actualidad la frase se usa para advertir a alguien de algo que esta por suceder, o de las consecuencias de algo que ya sucedió.